Cuando te diriges a una academia de idiomas para aprender inglés, por lo general, lo que te van a enseñar es el denominado inglés normal, que será el que te ayude a desenvolverte en la calle, por ejemplo cuando vas a salir al extranjero y quieres comunicarte con otras personas, para que te indiquen dónde tienes que ir o incluso para vivir en una región y defenderte con total tranquilidad. Sin embargo, existe otro tipo que es el llamado inglés de negocios. En este artículo te vamos a contar en qué consiste esta modalidad y en qué se diferencia del inglés normal y corriente.
¿Qué es el inglés de negocios?
Desde que empezamos en el colegio, siguiendo por las diferentes etapas educativas hasta la universidad, el inglés que aprendemos en las clases y principalmente en las academias de idiomas es el conocido como inglés normal o generalizado, que es el que todo el mundo habla en la calle. Para que tengas un ejemplo claro, si un extranjero quisiera hablar español, en las academias de su país utilizarían el español que hablamos nosotros para comprar el pan, hablar con nuestra pareja o amigos en casa o en el bar. Sin embargo, existe un tipo de lenguaje muy diferente cuando estamos en una empresa o en un negocio y es aquí donde entra en escena el inglés de negocios.
Cuando estamos en nuestro trabajo y entra un cliente, no le saludamos de la misma manera que lo haríamos, por ejemplo a nuestra pareja o familiar, de la misma manera, un trabajador no se va a dirigir con las mismas expresiones o vocabulario a un amigo que a un jefe o a otro empleado de otro negocio, por lo que se utilizarán palabras técnicas relacionadas con las empresas, como también diferentes formalismos que conviene saber para interactuar dentro de un negocio sin que nos encontremos hablando de una manera a un cliente y que este pueda sentirse ofendido o tratado de una manera poco educada dentro de la empresa. El inglés de negocios es, como nos cuentan en Thats-Cool-Education.com una de las asignaturas pendientes de muchos estudiantes que desean trabajar en el extranjero y que ven un obstáculo en este tipo de comunicaciones más técnicas, por eso cada vez son más habituales los cursos de inglés de negocios en las academias de idiomas, ya que poder, por ejemplo, hablar de manera correcta en una entrevista de trabajo, podrá ser la diferencia entre estar dentro o fuera de una empresa.
Diferencias entre el inglés de negocios y el inglés normal
Se podría decir que el inglés normal que se estudia en los centros educativos de cualquier nivel, como también en muchas de las academias de idiomas es la base que se requiere para seguir aumentando el conocimiento y desenvoltura del inglés a nivel profesional. El inglés de negocios es aquel que se requiere, por ejemplo, cuando te vas a presentar a una empresa o a unos clientes y quieres dar una buena imagen, ya que existe una serie de formalismos que conviene conocer y que en el caso del inglés normal no lo vas a aprender.
Las técnicas que se enseñan en el inglés de negocios te van a ayudar por ejemplo a trabajar de una manera correcta y profesional como telefonista en un centro de atención al cliente, pudiendo hablar con propiedad y tratando al cliente que llama para resolver sus dudas de forma educada y con mucho respeto. De igual modo, también se valora en el inglés de negocio la forma de escribir documentos importantes dentro de una empresa, ya que, como venimos contando, no es lo mismo escribir un WhatsApp a un amigo o una carta a un familiar lejano, que si queremos redactar un presupuesto a un cliente muy importante o incluso escribir facturas u otro tipo de contenidos que serán usados por la empresa y leído por clientes u otras empresas, debiendo de ser una escritura correcta y muy formal.
Otra de las estrategias que se enseñan en el inglés de negocios y que no muestran en el inglés convencional es a negociar. Las empresas importantes suelen negociar entre ellas para obtener diferentes tratos y esto se consigue por medio de un mediador o negociante el cual deberá de conocer todas las técnicas necesarias para expresarse con claridad y que la imagen de la empresa no quede dañada.