
A pesar de que en principio no se debería beber alcohol en el trabajo para rendir al máximo, hoy vamos a tratar del tema. Vamos a analizar si un trabajador puede sufrir una amonestación por beber alcohol en el trabajo. Y si esa amonestación se puede traducir en el despido. Vamos a analizar todos los detalles para que puedas resolver todas tus dudas.
¿Qué dice la ley?
El ordenamiento jurídico español establece diversas regulaciones respecto al comportamiento dentro del ámbito laboral. Aunque el Estatuto de los Trabajadores, norma fundamental en este campo, no se refiere de manera explícita al consumo de alcohol en el entorno profesional, subraya la importancia de cumplir con los compromisos y obligaciones laborales, como respetar las normas de conducta y ejecutar las funciones asignadas.
Dentro de este marco, el consumo de bebidas alcohólicas podría interpretarse como un acto incompatible con el desempeño adecuado de las responsabilidades laborales, o incluso una vulneración de las políticas internas de la empresa. Con frecuencia, las organizaciones incluyen en sus normativas disposiciones que prohíben el consumo de alcohol en el centro de trabajo, reconociendo los efectos negativos de la sustancia sobre la concentración y el aumento del riesgo de incidentes laborales. En este contexto, cualquier trabajador que infrinja esta normativa podría ser sometido a medidas disciplinarias que, si el comportamiento es recurrente o grave, podrían derivar en la terminación de su contrato.
La importancia del código de conducta de la empresa
El consumo de alcohol en el trabajo puede traer serias consecuencias para el empleado. Aunque no está específicamente regulado por la ley española, la conducta de beber durante el horario laboral puede ser considerada un incumplimiento de las obligaciones laborales. En consecuencia, los trabajadores tienen la responsabilidad de realizar sus funciones de manera competente y en un entorno seguro. El alcohol podría ser un factor que interfiere con estas responsabilidades, provocando sanciones internas como amonestaciones o incluso el despido, dependiendo de la gravedad del acto.
Las empresas cuentan con códigos de conducta que definen qué comportamientos son aceptables dentro de sus instalaciones. Estos códigos suelen incluir la prohibición explícita de consumir alcohol durante las horas laborales. A menudo, se establecen sanciones progresivas para aquellos que violen estas normas, comenzando con advertencias verbales o escritas, seguidas de suspensiones temporales, y en casos más extremos, el despido. Sin embargo, el marco regulador laboral otorga a la empresa cierta discrecionalidad para determinar cómo abordar estas situaciones, siempre respetando los derechos fundamentales de los trabajadores.
Un trabajador que se presente en estado de embriaguez y no pueda realizar su labor adecuadamente puede afectar la seguridad en el lugar de trabajo. Esta conducta podría considerarse una infracción grave, merecedora de una sanción severa, incluido el despido.
Alcohol en el trabajo: normativa española

En el marco legal español, el artículo 54 del Estatuto de los Trabajadores detalla diversas faltas que pueden dar lugar al despido disciplinario, considerando infracciones graves o muy graves las acciones que infringen los deberes del trabajador de manera significativa.
Una de las conductas que podría entrar en estas categorías es el consumo de alcohol durante la jornada laboral. El comportamiento de un empleado que ingiere bebidas alcohólicas en su puesto de trabajo puede dar lugar a sanciones severas, especialmente si esta acción pone en riesgo la seguridad o afecta el rendimiento laboral. Así, si el consumo de alcohol en un entorno con riesgos o la operación de maquinaria pone en peligro la integridad física de los involucrados, la sanción podría ser el despido.
Otra circunstancia que justificaría una sanción grave sería cuando el comportamiento errático o la baja productividad de un trabajador embriagado afecte de manera significativa a la empresa. El artículo 54 también establece que el despido será procedente cuando el incumplimiento de los deberes laborales fracture la confianza entre las partes.
Por otro lado, si un empleado consume alcohol fuera del horario laboral, las repercusiones dependen de cómo afecte a su desempeño dentro del ámbito profesional. Si su actuación no altera negativamente el trabajo ni la relación con la empresa, justificar un despido por esta razón resulta más complejo.
No obstante, si el consumo externo impacta negativamente en la reputación de la empresa o en el rendimiento laboral, por ejemplo, si el trabajador se presenta con resaca, poniendo en riesgo su productividad, el empleador puede argumentar una pérdida de confianza, lo que daría lugar a sanciones. Aunque no es una práctica frecuente, esta posibilidad está contemplada por la normativa laboral.
Cómo superar la adicción al alcohol
Superar la adicción al alcohol es un desafío que requiere un compromiso profundo con uno mismo, apoyo profesional y tiempo. Este proceso implica no solo la eliminación del consumo de alcohol, sino también el desarrollo de nuevas estrategias y hábitos que favorezcan el bienestar emocional y físico.
El primer paso para superar la adicción es reconocer el problema. Aceptar que el consumo de alcohol está afectando la calidad de vida es fundamental para dar inicio a cualquier tipo de intervención. En muchos casos, la motivación para superar la adicción proviene de las consecuencias que genera el alcohol en las relaciones personales, el trabajo y la salud.
A partir de ahí, es recomendable buscar apoyo profesional. Los tratamientos de desintoxicación física pueden ser necesarios para eliminar el alcohol del organismo, lo que se logra bajo la supervisión médica adecuada para garantizar la seguridad del paciente. Sin embargo, la recuperación real va más allá del aspecto físico. Es fundamental abordar las causas emocionales y psicológicas de la adicción.
En este sentido, un centro de desintoxicación y tratamiento de adicciones en Valencia, como el ofrecido por Amasterapia, puede ser de gran ayuda. Amasterapia combina técnicas especializadas como terapias cognitivas-conductuales y el acompañamiento constante de profesionales experimentados para ofrecer un enfoque integral que trata la adicción desde diferentes ángulos. Además, proporcionan un espacio de apoyo en el que los pacientes pueden expresar sus emociones y trabajar en estrategias para evitar recaídas.
La recuperación de la adicción al alcohol no es un proceso lineal, y a menudo es necesario continuar con apoyo post-tratamiento. Sin embargo, con el tratamiento adecuado y el acompañamiento de profesionales, es posible superar la adicción, restaurar la calidad de vida y encontrar un camino hacia una vida más saludable.