Los costes del modelo presencial de trabajo no solo tienen en cuenta los gastos derivados de la actividad humana. De hecho, los más costosos son los relacionados con las infraestructuras y el correcto mantenimiento de las instalaciones, que pueden llegar a provocar un desbarajuste importante en las cuentas de la empresa. Recortar de aquí de allá un poco cada día se puede traducir en un ahorro importante al vencer el mes, así que sigue leyendo si te interesa saber cómo puedes hacerlo: aquí van nuestros 7 trucos para ahorrar en la oficina sin que tengas que renunciar a nada.
Aprovecha la luz natural durante el día
En los turnos diurnos de trabajo puedes disfrutar de luz natural durante casi toda tu jornada, algo que también depende de la estación del año. Aprovechar al máximo la luz solar de los días despejados ayuda a ahorrar en la factura de la luz y, puesto que en España tenemos una de las más caras de toda la Unión Europea, eso puede traducirse en unos cuantos cientos de euros cada mes.
Renuncia al stand by
Es muy habitual dejar los principales aparatos y dispositivos electrónicos en modo reposo. Total, si al día siguiente vamos a volver, para qué apagarlo del todo, ¿verdad? Craso error. Los modos de stand by no apagan por completo los dispositivos, sino que los dejan en un modo de consumo mínimo. Pero, si empiezas a sumar, el consumo derivado de la activación de estos modos no tiene nada de “mínimo” al acabar el mes: las cafeteras, los ordenadores, la máquina de aire acondicionado, la impresora… Al finalizar la jornada, apágalo todo. Ya lo encenderás al día siguiente cuando lo necesites de nuevo.
Optimiza el uso de los ordenadores
El trabajo de oficina casi siempre va ligado al uso de ordenadores, pero dudamos mucho que estés toda tu jornada delante de la pantalla sin separarte de él. Aprovecha los momentos en los que te levantas o tienes que realizar otras tareas para apagar el ordenador. Los mejores equipos tienen un modo de encendido rápido para agilizar su arranque, haciendo menos engorroso el proceso y promoviendo el ahorro energético durante los cortos períodos de tiempo que no lo utilices.
La climatización y sus problemas de consumo
En verano por el aire acondicionado o en invierno por el uso de estufas eléctricas, el consumo de luz se suele disparar cuando necesitamos ajustar la temperatura de la oficina. Un correcto ajuste térmico es la clave para no incurrir en gastos desorbitados de consumo y debes conocer cuáles son las características de tu dispositivo para sacarle el máximo partido sin que eso te suponga pagar a final de mes una factura de padre y muy señor mío. Por ejemplo, los aparatos de aire acondicionado suelen contar con modos específicos de climatización, siendo el automático uno de los más recomendados porque ajusta por sí solo la velocidad con la que dispensa el aire y la temperatura a la que lo expulsa. Sin embargo, si optas por el control manual, debes tener presente que no conviene excederse en la temperatura ni al alza ni a la baja. Para épocas de más calor, una climatización a 26º C es perfecta para la mayoría de habitáculos, mientras que en invierno un ajuste a 20º C es más que suficiente para mitigar los efectos del frío.
Cualquier ajuste que exceda estos valores tendrá consecuencias negativas en el consumo eléctrico que quedará reflejado en tu factura, que se disparará hasta límites insospechados, además del impacto negativo que una mala climatización puede tener sobre la salud.
Por su parte, la climatización eléctrica admite menos ajustes para amortiguar el consumo de luz, ya que esta clase de dispositivos solamente cuenta con una rueda de ajuste de, como mucho, cuatro niveles distintos. No obstante, para caldear la oficina, opta por encenderla al nivel más bajo. En caso de que no sea suficiente siempre estarás a tiempo de incrementar su intensidad, pero empezar con un nivel excesivo puede degenerar en un choque térmico perjudicial tanto para tu factura como para tu salud.
Compra la tinta justa y necesaria
Las impresoras son un bien fundamental en toda oficina que se precie, y una de las causas de su elevado coste de mantenimiento es el precio del tóner o los cartuchos de tinta. Es siempre recomendable que repongas los cartuchos conforme se vayan gastando y nunca los almacenes por periodos largos de tiempo. La razón de que esto no sea recomendable es que la tinta solamente mantiene sus propiedades óptimas por un lapso de tiempo determinado, y para que las impresiones salgan con una calidad óptima, el cartucho debe de haber salido recientemente de la fábrica. Los cambios bruscos de temperatura o el almacenamiento por periodos prolongados resecan y apelmazan la tinta, haciéndola inservible y generando un gasto innecesario en las cuentas de la empresa.
Una de las mejores alternativas para adquirir los repuestos de tóner y los cartuchos de tinta es A4Toner.com, un portal web especializado en la venta de cartuchos tóner, tinta y productos de papelería y oficina, que ofrece hasta un 80% de descuento en cartuchos compatibles y remanufacturados y el compromiso de hacer las entregas en un plazo de 24 horas desde la formalización del pedido.
Optimiza el uso del papel
Aunque seas un empresario ejemplar que opta por el uso de papel reciclado, nunca lo compres en cantidades industriales para no promover su uso indebido. Malgastar papel, aunque sea reciclado, nunca es justificable y este debe emplearse únicamente cuando es necesario. No malgastar el papel y concienciar a la plantilla de los beneficios medioambientales que provoca su uso moderado hará no solo promover las buenas prácticas entre los empleados y aumentar la concienciación sobre el tema, sino ahorrar en la factura al comprar menos papel que de costumbre por optimizar su uso.
Ajusta el flujo de agua en los baños
Una correcta revisión de las tuberías y asegurarse de que no existan fugas de agua en cisternas y todo el sistema de grifería es vital para pagar, únicamente, el consumo de agua generado por el uso de los baños. Una manera de controlar que no se utilice más agua de la debida es limitar el caudal a propósito, que no afecta al uso habitual de los baños, pero sí garantiza un uso de los recursos mucho más eficiente.