Existen muchos conceptos técnicos en el mundo del internet que pueden suscitar dudas y malas interpretaciones, especialmente a la hora de lanzarnos hacia un proyecto informático, o como parte de la implementación de un negocio online. Dentro de este aspecto, una de las cuestiones más importantes se produce a la hora de diferenciar una página web, un dominio y un hosting o alojamiento. Veamos más detenidamente cada uno de estos casos en particular.
Definiendo una página web
Básicamente, una página web es un documento online, a través del cual podemos acceder a cualquier tipo de contenido incrustado, como por ejemplo, texto, sonidos, imágenes, videos, enlaces, tablas, botones, cuadros de diálogos, etc. En otras palabras, es todo lo que vemos mientras navegamos por internet.
Del mismo modo, al hablar de un sitio web, estamos haciendo referencia a un conjunto de páginas web, las cuales se implementan a través de varias tecnologías como HTML, CSS y JavaScript, aunque existe otro grupo de tecnologías del lado del servidor (PHP, MySQL, etc.), que le aportan una mejor interactividad al producto final, y le permiten dotarlo de mayor funcionalidad.
Para acceder a una página web, basta con disponer de una conexión a internet y un navegador, por lo que puede decirse que es el elemento mediador entre los clientes y nuestros productos.
La analogía: Si pensamos en un restaurante, una página web vendría siendo la decoración del lugar, desde el color de los manteles y las paredes, hasta la forma de vestir de los dependientes, la calidad de la vajilla, la iluminación, la música, etc. Quédese con este ejemplo en mente, regresaremos a él más adelante.
¿Y el hosting?
Denominamos hosting o alojamiento web al servicio que permite visualizar nuestra página o sitio web en internet. Para entenderlo mejor, diremos que el hosting es una o varias computadoras que funcionan ininterrumpidamente, y a las cuales una persona puede conectarse desde su ordenador, smartphone o tableta para solicitar nuestra página web.
Evidentemente, estas computadoras (llamadas servidores), deben poseer ciertas características técnicas que les permitan dar respuesta a todas las solicitudes realizadas en un tiempo determinado. De ahí que no sea buena idea emplear nuestro ordenador personal para convertirlo en un hosting (aunque pudiera hacerse).
Hoy en día existen muchas empresas o compañías en internet dedicadas a ofrecer este tipo de servicios (por ejemplo, encontramos un hosting web en Sered.net que cuenta con gran prestigio y calidad), los cuales pueden ser más o menos efectivos de acuerdo al espacio de almacenamiento que provean, y la tasa de transferencia de datos, entre otros aspectos.
La analogía: Volviendo al ejemplo del restaurante, el hosting o alojamiento web pudiera ser visto como el local o el espacio físico que arrendamos para ubicar nuestro negocio, y al que los clientes pueden acudir para disfrutar de nuestro menú. Un local céntrico, de fácil acceso y con capacidad suficiente para albergar a nuestros clientes, es un sinónimo de éxito seguro.
Finalmente, el dominio…
El dominio de internet es el concepto más sencillo de todos, pues se trata de la identificación única de nuestra página web, o sea, la dirección que el usuario debe escribir en la parte superior del navegador (por ejemplo: yahoo.es, espn.com, un.org, etc.). Dentro de este aspecto, existen algunos términos como DNS, URL o dirección IP que pueden ser motivo de confusión para el lector inexperto, por lo que nos limitaremos a decir solamente que un dominio consta de dos partes fundamentales.
La primera de ellas, el nombre. Básicamente, puede ser cualquier nombre que deseemos, siempre y cuando no haya sido tomado previamente. Si nuestra empresa se dedica a la venta de vehículos usados, nuestro sitio web podría llevar el dominio “cochesdesegundamano.com” sin ningún problema. Por lo general, el nombre de dominio hace referencia al nombre de una empresa, organización o persona, o como vimos en el ejemplo anterior, también puede tratarse de una descripción sintetizada.
En segundo lugar, un dominio debe llevar una extensión. Algunas de las más comunes son “.com”, “.net”, “.org”, “.gov” o “.info”, cada una de ellas describe el propósito del sitio web, ya que puede tratarse de un sitio comercial, gubernamental, informativo, etc. En algunos casos, podemos ver además un pequeño prefijo referente al país donde el sitio web se encuentra alojado, como por ejemplo “uv.es”, referente a la Universidad de Valencia.
La analogía: Piense en el dominio de internet como la dirección de su restaurante. Si las personas no conocen este dato, jamás podrían llegar hasta su domicilio.